¡ Los alquileres turísticos están en auge! Muchos propietarios están dando el paso para complementar sus ingresos o sacar provecho de su propiedad. Sin embargo, «actividad lucrativa» suele significar «marco legal». Y sí, incluso cuando se trata de alquilar tu adorable apartamento-estudio con vistas al mar o tu acogedor chalet en la montaña, se aplican normas estrictas.

1. ¿Qué es un alquiler turístico?

Antes de examinar la normativa, es importante saber qué es un alquiler turístico. Un alquiler turístico es cualquier vivienda amueblada que se alquila durante un breve periodo de tiempo, normalmente a una clientela visitante, de forma repetida. Tanto si utilizas plataformas como Airbnb como si gestionas tus reservas a la antigua usanza (gracias, Excel), tu negocio se rige por normas específicas.

2. Registrar tu empresa: un paso esencial

¿Por qué declarar tu alquiler de vacaciones?

La legislación francesa exige que notifiques al ayuntamiento tu intención de alquilar tu vivienda como alojamiento turístico amueblado. Esto permite a las autoridades locales controlar el desarrollo de la oferta turística y asegurarse de que tu actividad cumple la normativa urbanística y fiscal.

¿Cómo doy este paso?

  1. Rellena el formulario Cerfa n°14004*04: ¡un nombre muy bárbaro para un simple trámite!
  2. Presenta este formulario en tu ayuntamiento. Si tienes suerte, algunos municipios aceptan incluso solicitudes por Internet.

Una vez completada esta etapa, recibirás un número de registro. Ten en cuenta que este número suele ser necesario para publicar un anuncio en las plataformas de alquiler turístico.

3. Respetar los límites de alquiler como vivienda habitual

En Francia, si alquilas tu vivienda principal (el lugar donde vives al menos 8 meses al año), se aplica una norma estricta: no puedes alquilar más de 120 días al año. Este límite está pensado para proteger el mercado de alquiler tradicional y evitar una escasez de alojamiento a largo plazo.

¿Y las segundas viviendas?

Ah, las segundas residencias, ¡esos pequeños remansos de paz! El alquiler de estas viviendas no está sujeto al límite de 120 días, pero puede requerir una autorización previa para el cambio de uso si te encuentras en una ciudad de más de 200.000 habitantes (hola París, Lyon, Marsella, etc.).

4. Normas fiscales: ¡preparad las calculadoras!

Los alquileres turísticos no están exentos de impuestos. Tienes que declarar tus ingresos por alquiler, aunque tu vivienda se alquile sólo unos días al año.

¿Qué sistema fiscal debo elegir?

  • Micro-BIC: Ideal si tus ingresos por alquiler no superan los 77.700 euros anuales. Te beneficias de una desgravación del 50% de los gastos.
  • Sistema real: Más adecuado para quienes realizan gastos importantes en relación con su empresa (obras, amortizaciones, etc.).

Y no lo olvides: si tus ingresos por alquiler superan los 23.000 euros anuales, podrías ser considerado un profesional y tendrás que cotizar a la Seguridad Social.

5. Cumplir las normas de salud y seguridad

Para ofrecer a tus viajeros una experiencia memorable (y segura), tu establecimiento debe cumplir ciertas normas de seguridad e higiene. He aquí lo esencial:

  • Detectores de humo: Obligatorios en todas las viviendas desde 2015. Instálalos y pruébalos regularmente.
  • Salidas de emergencia: Asegúrate de que tus inquilinos puedan evacuar rápidamente en caso de emergencia.
  • Equipamiento en buen estado: Desde las tomas de corriente hasta los electrodomésticos, todo debe estar en perfecto estado de funcionamiento.
  • Limpieza impecable: Un punto crucial, sobre todo desde la crisis sanitaria.

6. Normativa local: un posible quebradero de cabeza

Algunas ciudades han introducido normas adicionales para regular los alquileres turísticos. París, por ejemplo, exige un número de registro e impone restricciones a las segundas viviendas. Otras ciudades, como Niza o Burdeos, pueden limitar el número de días o exigir una compensación específica.

Consejo para estar informado:

Consulta regularmente el sitio web de tu ayuntamiento o ponte en contacto con su departamento de vivienda para obtener la información más reciente.

7. Plataformas de alquiler turístico: ¿socios o cómplices?

Plataformas como Airbnb, Booking y Abritel han simplificado el proceso de poner en contacto a propietarios y viajeros. Pero no te eximen de tus responsabilidades legales. Desde 2020, estas plataformas tienen que enviar automáticamente a Hacienda el importe de tus ingresos por alquiler. Así que no vale la pena jugar al escondite con el fisco.

8. ¡Cuidado con los penaltis!

El incumplimiento de las normas puede acarrear sanciones graves. Por ejemplo:

  • Multa de hasta 50.000 euros por alquileres no declarados en un municipio donde el registro sea obligatorio.
  • Sanciones fiscales por ingresos no declarados.

En resumen, es mejor seguir las normas para evitar sorpresas desagradables.

9. La pequeña prima: los beneficios del cumplimiento

Respetar las normas puede parecer tedioso a veces, pero también tiene sus ventajas:

  • Mayor confianza de los inquilinos, que aprecian la transparencia.
  • Tranquilidad para ti, lejos de los problemas administrativos y legales.
  • Aumenta el valor de tu propiedad mediante una gestión profesional.

Alquilar tu vivienda a turistas puede ser una excelente fuente de ingresos, pero tienes que respetar un marco legal preciso. Siguiendo estas normas, puedes garantizar a tus inquilinos una experiencia agradable al tiempo que proteges tus intereses. Entonces, ¿estás preparado para acoger a tus próximos viajeros de la mejor manera posible? No olvides comprobar la legislación con regularidad, porque el sector del alquiler turístico cambia constantemente.