Ya sean deliberados o accidentales, los daños y robos pueden producirse fácilmente en tu vivienda de alquiler. ¿Cómo puedes evitarlo?

1. El contrato
Ante todo, tienes que redactar un contrato de alquiler. Debe incluir los términos y condiciones de tu alquiler: el precio y una descripción de los locales, incluido un inventario. También puedes anotar el número máximo de ocupantes, si se permite o no fumar y tu política sobre animales domésticos.
En caso de problemas, este contrato, firmado por ti y el cliente, te permitirá reaccionar.
También es importante realizar un inventario de las instalaciones a la llegada y a la salida, para poder solucionar inmediatamente cualquier problema, como un robo.

2. La fianza
La fianza es unaparte esencialpero no obligatoria de tu contrato. Esta fianza la paga el inquilino antes de instalarse. Asciende a entre el 20 y el 25% del precio del alquiler y te permitirá reparar cualquier desperfecto.
Aquí es donde el inventario de las instalaciones es importante, porque si no devuelves la fianza en su totalidad, tendrás que justificarlo. También debes tener en cuenta que el inquilino tiene derecho a pedirte las facturas relativas a las reparaciones.
Si, por desgracia, los daños son importantes y no están cubiertos en su totalidad por la fianza, debes pedir al inquilino que te los reembolse. Si se niega, lleva el asunto al tribunal local lo antes posible.
Para evitar todos estos problemas, asegúrate de redactar un contrato de alquiler. ¡Te ahorrará muchos problemas!