El turismo lento es lo contrario del turismo de masas. Es un tipo de turismo alternativo que te anima a tomarte tu tiempo, ¡para variar!

1. Tómate tu tiempo en vacaciones
El turismo lento surgió en la década de 2000 como una forma de descubrir paisajes encantadores, sumergirte en la naturaleza y saborear los muchos placeres de la mesa mientras conoces a gente nueva. Es una forma de turismo más lento, en el que te tomas el tiempo necesario para disfrutar de tus vacaciones sin una agenda sobrecargada. Es más fácil desconectar y descubrir más sobre el mundo que te rodea. Aquí, comemos localmente y en temporada, no cogemos el coche, prefiriendo el transporte no contaminante, lo que nos quita aún más estrés (gasolina, aparcamiento, etc.).

2. Los beneficios del turismo lento
El turismo lento tiene muchas ventajas, tanto para el planeta como para las personas. A los veraneantes, este tipo de turismo les permite :
- Tómate tu tiempo
- Desestresa
- Regula tu reloj interno
- Conocer gente nueva y descubrir nuevas culturas más intensamente
- Descubre paisajes a los que sólo se puede llegar a pie, en bici o a caballo…
Además, como este tipo de turismo se basa en la reducción de los viajes y transportes contaminantes, contribuye a la lucha por un planeta más limpio. A menudo nos alojamos con gente del lugar, compramos productos locales, en resumen, hacemos lo necesario para pasar unas vacaciones con menos impacto, ¡y eso es bueno!
Definimos el turismo lento como desconectar para encontrarte a ti mismo y disfrutar de tus vacaciones. ¿Por qué no pruebas este concepto la próxima vez que te vayas de vacaciones? Y para aprovechar al máximo tus vacaciones, ¿por qué no combinas el turismo lento con una microaventura ?